Caminar por las callujeras - Sophie Hurst
"My name is Sophie. I am a student at the University of Warwick studying Hispanic Studies and French. English is my native language, but I also speak French and Spanish. Over the last year I have spent time living in France and Spain, and it was my stay in Spain which inspired this text. I found it quite tricky to settle when I got to Spain, but when I found this little café tucked down a side street, I was welcomed in with open arms (quite literally!) and I really started to find my feet in the new city!"
Below is Sophie's story. Don't forget to use the questions in the downloadable PDF files on the righthand side of the page to stimulate discussions.
Vivir en una metrópolis es parecido a vivir en una jungla. Cada barrio de la ciudad está lleno de vida. Sin embargo, cada persona tiene su propia vida y cada día hace exactamente lo que necesita para sobrevivir en este lugar que se transforma continuamente. Entre las especies de esta jungla no hay ninguna interacción explicita. Hay grupos que se conocen, pero, en realidad, el sentimiento de comunidad puede ser difícil de encontrar. Por eso, llegar a establecerse en un ambiente como este, no es fácil.
Al llegar a mi nueva ciudad, caminar por las calles se sentía como si paseara a través de un laberinto. Había ruidos de cada una de las tiendas, olores que emocionaban los sentidos, y personas por todas partes. Pero tener una conversación, parecía imposible. Eso fue hasta que empecé a caminar por las callejuelas. Los ruidos se acabaron, y las personas desaparecieron. Pero las tiendas se iluminaron de personalidad y al final de la callejuela más pequeña que encontré, había una cafetería. Y fue allí, en ese momento, que encontré el corazón de la ciudad.
Al abrir las puertas, me rodeé de gente acogedora, y pude participar en conversaciones que solo había escuchado antes. Para encontrar a la gente, solo tenía que dar una vuelta por los caminos remotos que ocultaban lo desconocido. Por eso, aprendí que todo el mundo tiene su lugar, incluso en una metrópolis llena de contrastes. Es solo cuestión de seguir caminando hasta que lo encuentras.